Apoyados en diversos estudios de científicos y médicos independientes, la Organización Mundial de la Salud (OMS) sostiene que los teléfonos móviles sí pueden llegar a producir cáncer y que deberían tener la misma clasificación que el plomo y el cloroformo.
Si bien aún no está claro cuánto es el tiempo de exposición que provocaría daño en el ser humano, los Científicos de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) insistieron en que las radiaciones del teléfono móvil deben ser clasificadas en la misma lista de “riesgo cancerígeno” que el escape de motores, el cloroformo y el plomo.
Además, la OMS confirmó que los teléfonos móviles efectivamente generan campos magnéticos, según constataron 31 especialistas tras cientos de estudios que señalan que los efectos se pueden apreciar al cabo de diez años de exposición.
Christopher Wild, director de IARC, explicó que “dadas las consecuencias de esta clasificación, es importante que se realicen más investigaciones sobre los posibles efectos a largo plazo. Pero, mientras tanto, convendría reducir la exposición a estos dispositivos”.
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